¡Bienvenidos, vampiros!


martes, 13 de noviembre de 2012

Espejismos


Le he suplicado al mar
tantas veces por un consuelo.
Y él me ha envuelto
entre cabelleras de furia,
en remolinos que estallaban
de amapolas frías sobre mis piernas.

Sí, me gusta que el mar me bese
los pies las manos los ojos.
Y también me gustará que me asesine
en sus marismas de violetas.

Pero hoy, una vez más,
me atrevo a rogarle al mar,
y solo me arroja caracoles rotos:
los últimos recuerdos que perdí en su orilla.

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